domingo, 5 de abril de 2009

El ROSTRO DEL HOMBRE

En el centro de todas las artes está el hombre. El arte es la revelación y representación del hombre. La raíz de todas las artes es el hombre. La expresión humana, al volcarse sobre el objeto, hace que éste cobre expresión. Las cosas se limitan a reflejar nuestra mirada. Esto es lo que diferencia el arte del conocimiento científico. El descubrimiento del rostro del hombre tuvo mayor importancia en el desarrollo del cine, que el descubrimiento del rostro de las cosas. La fisonomía y la mímica son las formas de expresión más subjetivas del hombre. Son más subjetivas que el lenguaje, ya que el vocabulario del hombre se rige por reglas generales, tradicionalmente aceptadas. Cuando un primer plano aísla un objeto, o una parte del cuerpo, sabemos, sin embargo, a que espacio pertenece. No olvidamos ni por un instante que la mano, que en un primer plano se nos presenta aislada, pertenece a una persona. Si vemos a un hombre en un plano general largo, en medio de una multitud y luego pasamos a observarlo en un primer plano, tenemos la impresión de estar a sulas con él. Pese a que lo vimos anteriormente en un ambiente amplio, olvidaremos esa circunstancia al ver su rostro de cerca. Porque la expresión del rostro y el significado de la misma no tienen relación ni vínculo con el espacio. Frente a un rostro aislado no nos sentimos dentro del espacio común, nuestra sensación de espacio a desaparecido y surge de esta manera, para nosotros, un nuevo tipo de dimensión: la fisonomía. De estos primeros planos surgen los estados de ánimos, sentimientos, intenciones, pensamientos, no son objetos espaciales, aunque casi siempre se trate de expresarlos mediante signos que existen en el espacio.

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