domingo, 29 de julio de 2012

UN ROSTRO AL DESNUDO

Como realizador y guionista de ficción, uno puede plasmar infinitas ideas, conceptos, podemos recrear situaciones de verdadera intensidad dramática, podemos describir olores y tristezas que recreen historias, para más tarde verlas reflejadas en el film, pero al momento de llevarlas a la practica: el rodaje, todo ese mundo que estaba en nuestra mente, traspasado luego a un guión, deja de ser tan nuestro al momento de delegarlo a los actores. En ellos ponemos toda nuestra obra creativa y gracias a su sensibilidad, nuestros trabajos pueden quedar plasmados visualmente. Sin ellos el cine de ficción no sería posible, por esa razón, mi homenaje es, a mi criterio, a uno de los más grandes intérpretes: Charles Chaplin, quien supo llevar sobre su piel toda esa sensibilidad de artista, no quise reflejar su imagen cubierta de un personaje, sino mostrarlo simplemente en esa desnudez de cuerpo y alma, como lo era de manera tangible.

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